La enfermedad renal crónica (ERC) es una enfermedad de etiología multifactorial caracterizada por el deterioro progresivo de la tasa de filtración glomerular (TFG) en cinco estadios (1). Los estadios 3b, 4 y 5 se caracterizan por una reducción de la TFG que va desde por debajo de 45 ml/min/1.73m2 hasta enfermedad renal en etapa terminal, con una albuminuria por encima de 30mg/g de creatinina (1). Según la encuesta NHANES realizada entre 2011 y 2014, estos estadios afectarían a aproximadamente al 7,2% de los pacientes por ERC (2). En estas etapas de la enfermedad existe un mayor impacto en cuanto a la calidad de vida y pérdidas socioeconómicas debido al incremento de la mortalidad, discapacidad y costos asociados a las intervenciones directas o indirectas prescritas para el manejo de la enfermedad y sus complicaciones.